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, José Justo Megías Quirós (codir. tes.) , Diego Medina Morales (secret.) , Francisco José Contreras Peláez (voc.) Esta tesis doctoral tiene por objeto el análisis de la aplicación jurídica de las teorías del caos y de la complejidad por parte de los autores estadounidenses que se han servido de ella. Esto es tanto como afirmar que se ocupa de la práctica totalidad de las aportaciones doctrinales al respecto, ya que los estudios y aplicaciones fuera de la academia estadounidense son residuales y de alcance escaso.
El trabajo cuenta con tres partes materialmente diferenciadas. La primera de ellas ofrece una presentación de los antecedentes históricos y de las categorías más relevantes de las teorías del caos y de la complejidad. Con ello se pretende no solo ofrecer una información necesaria, habida cuenta de la ausencia de conocimientos físicos y matemáticos que suele darse en el ámbito jurídico, sino también adelantar criterios que permitan valorar las diferentes aplicaciones jurídicas de estas teorías científicas, así como cubrir una laguna frecuentemente encontrada en la escuela estadounidense, en la que la mayoría de los autores dan por supuesto el conocimiento de los conceptos que manejan.
La segunda parte analiza, con pretensión exhaustiva, los diversos trabajos que desde 1980 hasta 2012 se han publicado en EE.UU. sirviéndose de las teorías del caos y de la complejidad. Tiene particular importancia en este análisis la estructuración temporal, en la que el año 1996 constituye un punto de inflexión, así como la material, en la que se identifican los diversos campos jurídicos en que se han utilizado estas teorías.
La tercera y última parte incluye las conclusiones del estudio. En ellas no solo se valora la aportación científico doctrinal de todos los artículos en su conjunto, ofreciendo, incluso, una clasificación descendente de la oportunidad e importancia de los respectivos autores que sirva de referencia a investigadores futuros; también, y, con carácter no menor, se reflexiona acerca de la aplicabilidad jurídica de estas teorías. Así, se establece que el acierto y profundidad de la aportación es proporcional al mayor o menor rigor en el uso de las categorías científicas correspondientes; se evalúa el argumentario iusfilosófico utilizado por los autores en su conjunto; y se discute, por último, el carácter directo, metafórico o analógico de la aplicación de las teorías por parte de los autores, así como de su aplicabilidad futura. La conclusión final es que, si bien la reflexión y el uso de las mismas han sido incompletos o abiertamente deficientes hasta la fecha, las teorías del caos y de la complejidad ofrecen una vía novedosa para la actualización de un pensamiento jurídico realista.
