Jorge Rodríguez Grossi
La profundidad y extensión de la pobreza en Chile y el efecto sobre ella de las principales políticas sociales se examinan en este artículo. Utilizan-do información recogida en cerca de 4.000 hogares en distintos lugares del país, se determina un perfil de pobreza, el cual revela que alrededor de un tercio de los chilenos vive en condiciones miserables. Esto es más agudo en los sectores rurales, pero en nada despreciable en las áreas urbanas. En cuanto a las políticas sociales, se verifica que tanto educación como salud actúan contrarrestando la pobreza. La acción gubernamental en vivienda, tras una serie de correcciones, logra orientarse hacia sectores pobres, pero por escasez de recursos y por fallas de la política obtiene un impacto final muy débil. El sector de la seguridad social es contradictorio aunque en conjunto no beneficia a los más pobres. En cuanto a las jubilaciones, éstas no alcanzan a los grupos de bajos ingresos, pero otros beneficios de la seguridad social, de menor magnitud, sí tienen una orientación redistributiva. En términos globales, se advierte un marcado sesgo del gasto social hacia la Región Metropolitana y en contra de las áreas rurales. Desde el punto de vista de las conclusiones, se postula reforzar y extender los programas de alimentación escolar cuya cobertura se detectó baja, así como desarrollar más la atención ambulatoria hacia los sectores pobres y particularmente rurales. Se sugiere, igualmente, una mayor utilización de los instrumentos de seguridad social manipulables por el Estado(asignación familiar, pensiones de vejez para ancianos pobres, entre otras)puesto que constituyen armas eficaces de auxilio a los más pobres. En vivienda, se advierte sobre la inestabilidad de la política de subsidio directo, que no asegura la utilización del beneficio en cuestión, lo que termina anulando su impacto. Por último se concluye, sobre la base de los antecedentes de hogares recogidos, que una reactivación económica sólo parcial-mente ayudará a los más pobres dándoles oportunidades de empleo, pero que en ningún caso solucionará el problema de la miseria, cuya gravedad lo convierte en uno de los mayores desafíos morales, políticos y técnicos del país.