Andrés Benavente Urbina
El presente trabajo intenta mostrar las vinculaciones estrechas entre la acción del Partido Comunista y la presencia de un sindicalismo politizado. Se parte analizando la concepción que este partido tiene de los sindicatos, los que usa más bien como herramientas en función de objetivos políticos, que como medios para alcanzar un bienestar real de los trabajadores. Más adelante se ve cómo la acción de los partidos de izquierda, donde se encuentra el comunista, termina por dominar, ya en la década del 30, al movimiento sindical desvirtuando sus fines propios, posibilitando la formación de grandes cúpulas sindicales que actúan más bien como departamentos partidarios. Ello tiene su punto más culminante con la formación de la CUT (Central Única de Trabajadores) cuya declaración de principios, que data de 1953, en vez de hablar del trabajador como eje de la acción sindical, inserta ésta dentro de un esquema de lucha de clases, usando al efecto un marcado lenguaje marxista.