La tarea de la filosofía cristiana, dice el autor, es "cristianizar" los aportes de pensadores no cristianos dentro del contexto global de esa doctrina. Teniendo presente ese objetivo, comenta críticamente el trabajo de Jorge Peña Vial, "Economía, Positivismo y Moral", y hace una defensa de la obra de Ludwig von Mises, rechazando la supuesta incompatibilidad entre los principios científicos de la escuela austríaca de economía y los postulados tomistas. Zanotti considera incorrecta la interpretación que hace Peña de la obra de Von Mises. Con respecto a la praxeología, dice que es la base de la economía política del economista y que no existe en ella una subordinación del hombre a lo económico. En toda conducta humana está implícito un proceso de economización —no necesariamente material—, pues ca-da hombre recurre a los medios que considera adecuados para conseguir sus fines. El autor, que comparte con Peña Vial la preocupación por la supremacía del bien común, aclara que en la obra del austríaco no existe una negación de ese valor. La noción misesiana de "cooperación social" es comparable con la de bien común; mientras la primera es un "medio común" para que todos los que cooperan libremente consigan sus fines respectivos, el bien común es el conjunto de condiciones de la vida social que permiten el perfeccionamiento de la persona. Von Mises rechaza, en realidad, el principio de bienestar (welfare) que, debido a una deficiente traducción, tiende a confundirse con el bien común escolástico.