Rodrigo Mujica
El sector agrícola se ha caracterizado por estar sujeto a una inestabilidad de precios mayor que otros sectores de la economía, la cual se origina básicamente en propiedades que presentan tanto la oferta como la demanda por productos agrícolas. Para lograr una asignación eficiente de los recursos es necesario que los precios constituyan una señal que refleje la escasez relativa de bienes, de modo que los recursos fluyan hacia aquellas actividades donde la utilidad marginal sea mayor. Aún más, desde el punto de vista de la sociedad, es importante que los precios reflejen los costos alternativos para ella, más que el costo privado que cada productor pueda asignar a los distintos bienes y servicios. Lo anterior requiere, entonces, que los precios reflejen el verdadero costo económico y sus variaciones el costo real que ellas signifiquen. En este trabajo se determinan las condiciones bajo las cuales los precios internacionales conducen a un uso óptimo de los recursos, concluyendo que no existe un precio óptimo, sino que un conjunto de precios óptimos cuyo límite inferior será el precio de exportación más un factor de ajuste, si hay distorsiones en el mercado de factores, y un precio máximo que corresponde al precio de importación ajustado por las distorsiones en el mercado de factores. Finalmente, se analizan el desarrollo y el comportamiento del sector en esta última década, para compararlo con el que tuvo en el pasado y, en cierta forma, medir la efectividad de la política agrícola aplicada.