Mientras la actividad práctica y la actividad científica, en cuanto formas de comprender y asimilar el mundo, han ganado terreno, la función poética pareciera haberlo perdido. Su voz apenas se escucha entre el ruido dela época. ¿A qué obedece esta restricción? ¿Por qué la voz de la poesía no merece el aprecio ni la atención que recibió en otras épocas? Avanzando más lejos todavía, ¿ cuál es el origen y la naturaleza de la imaginación poética?Tratando de disipar estas interrogantes, el autor del presente ensayo no sólo realiza una reflexión personalísima, sino que también adelanta algunos criterios y nociones que, en no escasa medida, configuran una teoría del arte asociada a la intensidad de la actividad contemplativa.