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Jesús Esteban Cárcar Benito
La inteligencia artificial (IA) está poniendo en peligro el factor humano. Existen muchos estudios acerca de que el trabajo producido por humanos será sustituido por máquinas cada vez más inteligentes.
Es por ello que la Inteligencia Artificial y el Big Data entran en juego en este ¬novedoso escenario puede tener un impacto positivo en el ejercicio del derecho a la salud, pero en algunas ocasiones pue- den verse menoscabados por su uso junto con otros:
la libertad de expresión (incluyendo el derecho a co- municar o recibir información libremente), la priva- cidad, la prohibición de la discriminación, Además, el principio de factor humano respecto al derecho a la salud significa que necesitamos máquinas capa- ces de explicar por qué están tomando determinadas decisiones clínicas. Se requiere saber cuál es la evi- dencia de eso y las razones que hay detrás. Reem- plazar a los humanos en esas tareas no es una bue- na idea. Necesitamos un enfoque ético centrado en el ser humano. Precisamos respeto por la dignidad humana, libertad para los individuos, respeto por la democracia y la justicia, y cómo podemos influir en eso, igualdad, no discriminación y solidaridad desde la IA dentro del ámbito de la asistencia sanitaria.
Artificial Intelligence (AI) is endangering the human factor. There are many studies that the work produced by humans will be replaced by increa- singly intelligent machines. This is why AI and Big Data come into play. In this ‘novel scenario, a po- sitive impact can be deduced in the exercise of the right to health, but on some occasions they can be undermined by its use together with other rights:
freedom of expression (including the right to com- municate or receive information freely ), privacy, prohibition of discrimination, etc. Furthermore, the principle of the human factor regarding the right to health means that we need machines capable of ex- plaining why certain healthcare decisions are being made in the field of mental health. However, this re- quires knowing what the evidence for this is, and the reasons behind it. Replacing humans in these tasks is not per se a good idea. We need a human-centered ethical approach. We need respect for human dig- nity, freedom for individuals, democracy, partici- pation and justice. Now, we ask ourselves how we can influence this, and apply principles of equality, non-discrimination and solidarity from AI for men- tal health, within the field of healthcare.
