Goizeder Manotas Rueda
En el museo de la legalidad administrativa existe una pieza novedosa y delicada. Se trata de la inactividad administrativa cuando se trata de prestar servicios materiales por la fuerza de la norma, el convenio o un acto administrativo. Es una figura que brilla como objeto frente al cual puede reaccionarse judicialmente con éxito, pero debe manipularse procesalmente con sumo cuidado pues de no contar con sus rigurosos requisitos, la inadmisión o desestimación está anunciada.