Carolina Ovares Sánchez, Eugenia C. Aguirre Raftacco
El 4 de febrero de 2024, Costa Rica acudió a las urnas para renovar, en una sexta ocasión, a todas sus autoridades locales para el periodo 2024-2028. Con la participación de más de 70 partidos políticos y más de 6200 puestos en disputa, el proceso electoral trascendió por ser de los más complejos en la historia democrática del país centroamericano. La aplicación de dos nuevas normas electorales y la ausencia de una representación del partido oficialista también plantearon retos para las agrupaciones políticas y la autoridad electoral. Pese a sus rasgos distintivos, al analizar los resultados se evidencia la continuidad de las tendencias electorales municipales en el país, entre ellas el alto abstencionismo, el bajo número de mujeres electas como ejecutivas municipales y el declive sostenido del control mayoritario del bipartidismo tradicional en los cargos uninominales
On February 4, 2024, Costa Rica went to the polls to renew, for the sixth time, all its local authorities for the 2024-2028 period, in an election with more than 70 political parties participating for over 6,200 positions. The electoral process stands out as one of the most complex in the Central American country’s democratic history. The implementation of two new electoral regulations and the absence of representation from the ruling party also posed challenges for political groups and the electoral authority. Despite these distinctive features, an analysis of the results reveals the continuity of municipal electoral trends in the country, including high voter abstention, a low number of women elected as municipal executives, and the continued decline of traditional bipartisan control over single-member positions