Oxford District, Reino Unido
Publicado originalmente en 1946, este ensayo fue acogido de inmediato como un particular y controvertido aporte a la filosofía de la ciencia. Para el autor, la ciencia es bastante más que el solo empleo del llamado método científico. Su verdadera naturaleza se ajusta más a la de una comunidad espiritual, a la de un cuerpo de tradiciones adquiridas y legadas o a la de una disciplina autoimpuesta en favor de la búsqueda de verdades objetivas e impersonales. En estos rasgos radica la vulnerabilidad del quehacer científico, pero también su más poderosa fuente de energías. Dividido en tres grandes capítulos, el trabajo analiza en el primero el tema de ciencia y realidad; el segundo está dedicado al tema de la autoridad y anticipa una original analogía entre ciencia, derecho y protestantismo; la última parte se hace cargo de los asuntos de la libertad en el plano científico, con especial énfasis en sus alcances morales y políticos.