Carlos E. Miranda
Este trabajo consiste en una sistematización y análisis del argumento en favor de la libertad de expresión elaborado por Baruch de Spinoza en su Tratado Teológico-Político. Según el filósofo, los fines primordiales del Estado son la paz y la seguridad; pero tales fines sólo pueden alcanzarse en condiciones de estabilidad política, para lo que a su vez se requiere de los súbditos obediencia, fidelidad y virtud. El tratamiento spinoziano de la obediencia es muy similar al de Hobbes, y establece la obligación absoluta de los súbditos a obedecer todas la órdenes del soberano. Pero tras llegar a esta conclusión, Spinoza la somete a revisión. En realidad, el soberano sólo tiene poder y derecho para controlar las acciones externas; pero los súbditos no han enajenado su capacidad de pensar libremente; y, por lo tanto, el soberano no tiene derecho a coartar la libertad de pensamiento, porque no tiene poder para ello. Ahora bien, es utilizando su capacidad de pensar como los hombres forman sus opiniones; pero la expresión pública de estas opiniones constituye un acto externo, sobre el cual el soberano tiene derecho a ejercer su poder coercitivo. Sin embargo, si así procede, introduce un elemento de corrupción dentro del Estado. En efecto, las medidas restrictivas de la libertad de expresión fuerzan a los ciudadanos a la mentira y al engaño, ya que los obligan a callar lo que piensan o a decir cosas diferentes de las que piensan. Además, tales medidas no afectan a los aduladores y ambiciosos, es decir, a los corruptos, sino a los ciudadanos más honestos, quienes o bien abandonan su virtud, o se vuelven contra el soberano, poniendo en peligro la paz y la seguridad.