Como lo señala el propio autor desde un comienzo, el propósito de este ensayo es ajustar cuentas con uno de los más extendidos errores científicos provenientes del racionalismo cartesiano. Bajo su influjo, distintos pensadores de esta época tienden a representar las formaciones sociales no sólo como un producto deliberado de la voluntad humana sino, además, como una construcción o tejido que el individuo y las ciencias pueden moldear o modificara su antojo. Los efectos de esta suerte de voluntarismo utilitario se han hecho sentir en un amplio abanico de disciplinas y convicciones que se han abierto camino en la sociología, las ciencias políticas, la economía, el derecho e incluso en la sicología. Desde luego al fenómeno no son ajenas las pretensiones de reinventar y redefinir desde sus cimientos el orden existente en la sociedad, haciendo absoluta abstracción de los valores, supuestos y consensos sobre los cuales ese orden descansa. El planteamiento de Hayek no es ni mucho menos una exhortación a dejarlas cosas como están o a suscribir de manera acrítica los principios y valores heredados. Por el contrario, su reflexión entrega orientaciones que son valiosas para iluminar acciones transformadoras de la sociedad que sean factibles al mismo tiempo que eficaces.