Un indisimulado desencanto y mucha lucidez atraviesan las siguientes reflexiones de Milosz sobre los desgarros culturales y políticos de Europa. El escritor identifica en ese continente las tensiones sobrepuestas por las tres grandes polaridades del siglo —norte / sur, oriente / occidente, pasado / futuro— y reconoce el efecto de ellas en las sucesivas fracturas de la conciencia europea. Czeslaw Milosz puede hablar del tema con infinita autoridad no sólo por estar profundamente comprometido con la tradición cultural europea, sino que lo puede hacer también porque pocos intelectuales vivieron la desintegración del mapa político y espiritual euro-peo con la violencia que le correspondió vivirla a él. Vargas Llosa resume ese drama en pocas líneas: (Milosz) “Nació en Vilna, Lituania, en una familia de lengua polaca. En menos de medio siglo su ciudad natal perteneció a los rusos, a los alemanes, a los lituanos, a los polacos, a los lituanos otra vez, otra vez a los alemanes y, por último, nuevamente a los rusos”.