Douglas C. North, Robert Thomas
Los estudios sobre el desarrollo de algunas naciones europeas han considerado en su análisis factores racionales, culturales y religiosos; la historia económica de esos países, sin embargo, proporciona elementos de juicio tal vez más esclarecedores y menos controvertidos. La mayor o menor celeridad con que los distintos sistemas económicos reconocieron los derechos de propiedad; el éxito o el fracaso que tuvieron para contrarrestar las potestades económicas de la Corona o las decisiones que tomaron para liberarse de las estrictas regulaciones que obstruyeron la competencia en el período medieval, constituyen efectivamente variables claves tanto del retraso como del dinamismo que distinguió, a partir del siglo XV, el comportamiento de las distintas economías europeas. Reconocer los factores que gravitaron en uno y otro sentido no es sólo un tributo al rigor de la información histórica, es también una lección de las ventajas que ofrecen al desarrollo económico la libertad, la competencia y la apertura comercial, de tanta trascendencia en los albores de los tiempos modernos como en la época actual.