Teodoro Ribera Neumann
La Constitución de 1980, al igual que la de 1925, luego de su reforma de enero de 1971, contempla un Tribunal Constitucional encargado de velar por la supremacía de la Carta Magna. El Tribunal Constitucional de 1980 cuenta con amplias atribuciones para cumplir su cometido, especialmente a través del control obligatorio de la constitucionalidad de las leyes orgánicas constitucionales. En sus primeros 59 fallos el Tribunal ha demostrado una gran capacidad para interpretarla Constitución en forma orgánica, tratando de que ninguna parte de ella quede sin vigencia. El Tribunal, con su jurisprudencia, ha realizado un importante aporte al desarrollo del Derecho de Chile, contribuyendo de igual forma a impulsar una transición política cristalina en su desarrollo y previsible en sus consecuencias. Este órgano constitucional, de esta manera, no sólo se ha legitimado ante la ciudadanía sino que ha contribuido también a legitimar la Carta Fundamental de 1980.