Manfred Wilhelmy von Wolff
Durante años el despliegue de armamento nuclear realizado por las dos superpotencias -Unión Soviética y Estados Unidos- ha sido motivo de interés y preocupación mundial. El problema comenzó en la década de los años 50, y desde entonces numerosos esfuerzos, sin resultados positivos, fueron realizados por encontrar una solución. Más aún, en 1983, y hasta 1984, se produjo el quiebre de las conversaciones que estaban manteniendo los dirigentes de los dos países en pro de un acuerdo, dando origen a un período particularmente tenso, el que se conoció como la "nueva guerra fría". En diciembre de 1987, después de una serie de encuentros y paulatinos progresos en las áreas que dificultaban las negociaciones, se llegó a acuerdo sobre eliminación de los cohetes de alcance intermedio emplazados por Estados Unidos y Unión Soviética, en Europa, con ocasión de la visita de Gorbachov a Reagan. El tratado del 8 de diciembre de 1987 es el primero que ordena destruir una categoría completa de armas nucleares, sus vehículos de lanzamiento e instalaciones de apoyo, sentando un principio de desarme efectivo. Por otra parte, la aceptación del principio de verificación mediante inspección, configura un proceso inédito en los acuerdos de control de armas. Sin embargo, de ninguna manera podemos esperar que los acuerdos de diciembre constituyan una panacea para lograr un nivel aceptable de seguridad internacional, ya que el porcentaje de armas a eliminar es pequeño en relación a los arsenales nucleares de ambos países. De hecho, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética prosiguen su acelerada carrera en el desarrollo y emplazamiento de nuevas y perfeccionadas armas estratégicas. Es posible que el acuerdo sea la expresión de una voluntad real de moderar la incidencia de ciertos factores en conflicto, pero se está aún muy lejos de atacar sus raíces geopolíticas, ideológicas, psicológicas y estructurales.