Oxford District, Reino Unido
"Mugre rosa" (2020), de la autora uruguaya Fernanda Trías, describe un Montevideo en un futuro cercano, en el que la población se enfrenta al desastre climático y a la propagación de una enfermedad devastadora. Este artículo explora la representación de la precariedad corporal en el contexto de la catástrofe medioambiental, argumentando que esta vulnerabilidad constituye un punto de resistencia desde el que repensar la identidad humana. Por un lado, la exposición a un entorno antropogénico puede interpretarse como instrumental a las biopolíticas del capitalismo tardío. Esto se hace patente a través de las cartografías de la precariedad que surgen de la novela, que reflejan no sólo el abismo entre el Norte Global y el Sur Global, sino también las desigualdades locales. Por otro lado, esta exposición corpórea constituye un desafío a las representaciones tradicionales de lo humano. A través del análisis de la representación de la enfermedad, discuto cómo esta deconstrucción del cuerpo favorece la emergencia de una nueva identidad fundamentada en la interconexión. En definitiva, sugiero que una época desestabilizadora como el Antropoceno constituye no sólo un profundo momento de crisis, sino también un espacio privilegiado para repensar la subjetividad humana y sus modos de representación.
"Mugre rosa" (2020), by Uruguayan author Fernanda Trías, depicts a near-future Montevideo, where the population is confronted with climatic disaster and the propagation of a devastating disease. In this article, I explore the representation of bodily precarity in the context of environmental catastrophe, arguing that this vulnerability constitutes a point of resistance from which to rethink human identity. On the one hand, exposure to an anthropogenic environment is interpreted as instrumental to late capitalist biopolitics. This is revealed through the cartographies of precarity emerging from the novel, which reflect not only the chasm between Global North and Global South but also local inequalities. On the other hand, this corporeal exposure constitutes a challenge to traditional representations of the human. Through the analysis of the depiction of illness, I discuss how this deconstruction of the body favours the emergence of a new, interconnected identity. Ultimately, I suggest that a destabilising age such as the Anthropocene constitutes not only a profound moment of crisis but also a privileged space to rethink human subjectivity and its modes of representation.