El igualitarismo tradicional creía en un ideal de igualdad de oportunidades. Los filósofos actuales rechazan esta idea, centrándose más bien en el problema de las diferencias innatas de los seres humanos. Conciben un sistema social ordenado no para asegurar una igualdad completa de condición de las personas, sino para disminuir o aumentar el propio bienestar o autoestima en las materias, donde uno es personalmente responsable. Persiguen más bien la igualdad de talentos entre las personas. Sin embargo, los seres humanos nacen desiguales. ¿Debe intentarse igualar sus condiciones? Una igualdad de talentos, ¿aumentaría o disminuiría la cantidad y calidad delos recursos disponibles en la comunidad para el beneficio general? ¿Constituyen los talentos recursos transferibles? ¿Pueden transferirse éticamente? ¿Es justo? ¿A qué conduce la igualación artificial de los talentos? La teoría social igualitaria radical parece no resolver los problemas de desigualdad existentes en las distintas esferas del ser humano. El autor, junto con tratar el tema de los derechos, señala lo que constituye para él la igualación de los talentos.