Desde la pandemia del COVID-19, la importancia del uso secundario de datos electrónicos sanitarios se ha visto subrayada. No poder reutilizar datos sanitarios es percibido como un desperdicio de recursos, por lo que una de las prioridades de la UE es facilitar el acceso a los mismos para su optimización. Como solución, la Comisión Europea ha propuesto el Reglamento sobre el Espacio Europeo de Datos Sanitarios, el cual constituye la primera propuesta para un espacio europeo de datos en un ámbito específico. A pesar de los beneficios que los usos secundarios pueden conllevar para la sociedad, el tratamiento de datos personales electrónicos sanitarios -los cuales están protegidos como datos sensibles- puede llevar a grandes preocupaciones desde una perspectiva de protección de datos. Asegurar la confianza de los sujetos de datos, al mismo tiempo que se fomentan los usos secundarios, puede ser un objetivo complicado de alcanzar. En este escenario, se espera que la IA juegue un papel simbiótico, como riesgo en sí misma y como solución a riesgos tales como la seguridad de los datos.
Since the COVID-19 pandemic, the importance of secondary uses of electronic health data has been highlighted. Unused health data is seen as a waste of resources, consequently, one of the current priorities of the EU is to facilitate access to optimize such data. As a solution, the European Commission proposed the European Health Data Space Regulation, the first proposal for a domain-specific common European data space. Despite the benefits that secondary uses offer to society, processing personal electronic health data -which is protected as sensitive data- raises many concerns from a Data Protection perspective. Ensuring data subjects’ trust, while fostering secondary uses, has proven to be a hard-to-strike balance. In this scenario, AI is expected to play a symbiotic role, both as a risk itself and as a solution to such risks, namely data security.