Adám Török
En este estudio se analizan los problemas que la sociedad húngara ha enfrentado y los que deberá encarar en el proceso de transición hacia una economía de mercado. Uno de los principales escollos en el proceso es la imposibilidad de una rápida implementación como consecuencia de los límites económicos y sistémicos que impone una sociedad democrática. De hecho, sostiene el autor, el marco macroeconómico en Hungría es de tal naturaleza que cualquiera mejora en un campo determinado de la economía suele ser más que compensado por evoluciones negativas en otros. Las principales dificultades de la economía húngara son el alto endeudamiento externo y una inflación sin control, fenómeno persistente a pesar del estricto manejo monetario realizado por el Banco Central húngaro. Un problema adicional es el enorme stock de crédito "involuntario" que alcanza al 16 por ciento del P.G.B. Este crédito se originó en el congelamiento del crédito bancario ordenado por el gobierno, medida adoptada para detener la inflación. Este último hecho ha tenido, sin embargo, un efecto positivo: las empresas se han orientado al mercado externo produciendo un impresionante mejoramiento de las cuentas externas en 1989, y especialmente en1990. La situación interna es, entonces, la que debe ser abordada más intensamente. ¿Cuáles son los caminos? Por una parte, una "terapia de shock" al estilo polaco y, por otra, una política de administración de la demanda. La primera parece política y socialmente insostenible en Hungría. Una continuación de ambas, sostiene Török, puede ser el mejor camino para avanzar en el camino hacia una economía de mercado. En este contexto de inestabilidad económica el proceso de privatización ha logrado avanzar, aunque limitado por la situación económica. En todo caso, 1991 se visualiza como un buen año en lo que se refiere al cumplimiento del objetivo de avanzar hacia una economía de mercado. Se espera una fuerte inversión externa como consecuencia del proceso de privatización, un vuelco hacia una completa convertibilidad monetaria y la aplicación de una estricta disciplina presupuestaria.