La regulación de la privacidad ha sido una de las áreas de mayor desarrollo de influencia del «Efecto Bruselas». Éste se define como la capacidad de la Unión Europea (UE) para influir en la regulación global. Aunque el RGPD ha inspirado legislaciones en 162 países y ha fortalecido la protección de datos personales, enfrenta críticas por, pretendidamente, obstaculizar la innovación y el crecimiento económico europeo. La UE debe mantener su influencia regulatoria a través de la colaboración internacional y un enfoque más eficaz en el cumplimiento legislativo. Especialmente centrándose en el impulso del cumplimiento normativo mediante la eficacia de recursos administrativos y acciones judiciales, centrando el esfuerzo legislativo futuro en mantener la relevancia económica de la Unión y fortalecer los lazos internacionales en la protección de datos personales.