El siguiente trabajo presenta un análisis de las condiciones sociopolíticas de la transición chilena a la democracia y una evaluación, si bien esquemática y provisoria por el escaso tiempo transcurrido, de los primeros doce meses del nuevo gobierno en lo que respecta a las tareas de redemocratización política y social y modernización. El proceso de transición que comienza con el plebiscito de 1988y termina el 11 de marzo de 1990, señala el autor, deja al gobierno recién inaugurado la labor de superar legados o enclaves autoritarios en el plano institucional, en el plano de actores no democráticos y en el ámbito de derechos humanos. Tareas alas que se agregan las referidas a la consolidación democrática, en términos de democratización social y modernización. Así, yen ausencia de una crisis económica aguda, las prioridades del nuevo gobierno eran las reformas institucionales requeridas para llevar a cabo las tareas mencionadas. En este respecto, se indica, se prefirió una estrategia de negociaciones puntuales que debilitaron al actor político de la Concertación y dejaron al gobierno en manos de la oposición y los actores corporativos. Mas ello, advierte el autor, puede ser entendido como parte de un proceso de aprendizaje que lleva a reformular dicha estrategia después de los primeros doce meses de gobierno.