Conversación de Roberto Matta con Félix Guattari, en la que se critica la complacencia artística que identifica el arte con el diseño. Ambos comparan la conciencia lúcida del arte con un dispositivo óptico, el que se ve reforzado en su actividad por la existencia de un espacio procreativo, que traspone sus palpitaciones básicas al fenómeno de la conciencia. Guattari conduce a Matta por consideraciones que se acercan a su propia concepción de un inconsciente dinámico, energético. De ahí que ambos ejemplifiquen el carácter de esa conciencia lúcida y aborden el análisis de las pinturas que Matta realiza en la actualidad. En ellas, lo que define su propio espacio "oestralizante" no son las figuras más o menos identificables, sino la concepción de la tela como campo de fuerzas que se explican mediante el uso libre de conceptos que provienen de la química y de las matemáticas. Finalmente, Matta describe las relaciones conflictivas que sostuvo con los surrealistas.