Existe una tendencia en la dinámica políticoconstitucional de intentar designar magistrados constitucionales afines al partido que los nombra, esto son los jueces constitucionales comisarios. Diversas fórmulas han sido propuestas para frenar esta “colonización” institucional en aras de no pervertir la razón de ser de una institución fundamental para la democracia constitucional. La deriva populistaautoritaria también agrava la preocupación, pudiendo ser un Tribunal Constitucional un instrumento que impulse o frene esas inercias. La judicialización de la política nos coloca en un contexto en el que los jueces constitucionales pueden tener la última palabra del debate político, por esta razón, los partidos políticos luchan por verse representados en el seno del Tribunal, como si éste fuese una 3ª Cámara. La funcionalidad de la justicia constitucional debe ser salvada con un fuerte compromiso institucional en favor de aquella y de la democracia.
There is a tendency in the political-constitutional dynamic of trying to appoint constitutional judges like the party that appoints them, these are the commissioners constitutional judges. Different ways have been proposed to stop this institutional “colonization” not to pervert the raison for being of a fundamental institution for democracy. Populist-authoritarian drift also aggravates concern, can be a Constitutional Court an instrument that drives or brakes those intentions. The judicialization of politics puts us in a context in which judges may have the final word in the political debate. For this reason, political parties are struggling to be represented in the Tribunal. The functionality of constitutional justice must be saved with a strong institutional commitment in favour of the democracy.