Sandra J. Peart, David M. Levy
Para Adam Smith, las personas son intrínsecamente iguales, pero están sujetas a circunstancias desiguales en sus distintos rangos, y acaban cumpliendo funciones distintas en el marco de la división del trabajo. Por esto, para Smith, un mejoramiento (improvement) general de la sociedad debe partir por los rangos más bajos de ella a través de una expansión de la división del trabajo. Esto debería conducir a la erradicación de la pobreza y a un progreso de personas alegres. Una posición similar fue seguida por John Stuart Mill, para quien las personas tenían iguales capacidades y estaban motivadas por la búsqueda del placer y por evitar el dolor. Para Smith y Mill, el mejoramiento era un proceso ascendente en el que los individuos deciden, de manera independiente, qué significa mejorar y buscan formas de conseguirlo. Sin embargo, tanto Smith como Mill se enfrentaban a un contexto intelectual en el que la idea de inferioridad racial o nacional predominaba y en el que el improvement dependía de una supuesta calidad de las personas. El artículo concluye que, para Smith, el mejoramiento no proviene desde afuera. No obstante, en la época, distintos intelectuales y policymakers presuponían la inferioridad natural de determinadas personas y proponían intervenir de manera radical para reconstruir a los ciudadanos, desechando su igualdad natural y dándoles forma desde arriba, incluso desde la eugenesia.
Adam Smith posited that individuals are inherently equal yet are subject to disparate circumstances across different social strata, ultimately assuming varied roles within the division of labor. Smith argued that a comprehensive societal improvement should initiate from the lower ranks by expanding the division of labor, which he believed would lead to the eradication of poverty and foster a society characterized by joyful individuals. A parallel perspective was advanced by John Stuart Mill, who maintained that all individuals possess equivalent capabilities, driven by the dual motives of seeking pleasure and avoiding pain. For both Smith and Mill, societal advancement was envisioned as an ascending process wherein individuals autonomously define what constitutes improvement and explore avenues to realize it. Nonetheless, their intellectual endeavors were situated within an era dominated by pervasive beliefs in racial or national inferiority, which contended that societal improvement was contingent upon the presumed inherent qualities of individuals. The article concludes that, according to Smith, societal improvement is not engendered by external interventions. However, during their respective periods, intellectuals and policymakers assumed the natural inferiority of certain groups and advocated for radical measures to reconstruct the citizenry. These measures often disregarded the fundamental principle of natural equality, opting instead to reconstruct individuals from above, sometimes employing eugenic strategies.