A partir del diagnóstico de una alta polarización visible en muchos países contemporáneos, el artículo propone un acercamiento a Adam Smith que contribuya a superar tal estado de cosas. Para ello, pasa revista a algunos conceptos fundamentales en el pensamiento de Smith y los aplica a decisiones de política pública. Sugiere, por ejemplo, que la empatía es fundamental para comprender a las personas pobres o el trabajo de otras en organizaciones burocráticas. Argumenta que la contextualización histórica es central para las decisiones de política, que el pragmatismo smithiano promueve acuerdos políticos incrementales en lugar de transformaciones radicales, y que la verdadera imparcialidad requiere trascender los sesgos teóricos, personales y partidistas. Asimismo, sostiene que la persuasión —y no la imposición o el ataque personal— es la vía para promover avances de política. También destaca que la aceptación estoica de las limitaciones institucionales es clave para avanzar paso a paso. El artículo concluye que, desde la visión de Smith, la moralidad ocupa una posición de superioridad sobre la política, tanto en términos de resultados alcanzables como en la correcta ubicación de nuestros deberes activos.
Drawing on a diagnosis of significant polarization evident in numerous contemporary nations, the article advances an interpretation of Adam Smith that aims to ameliorate such conditions. It examines several fundamental concepts in Smith’s philosophy, applying them to the realm of public policy decisions. The paper posits that empathy is crucial for understanding the challenges faced by the impoverished and those working within bureaucratic structures. It argues that the historical contextualization of issues is vital for informed policy-making, that Smithian pragmatism favors incremental political consensus over sweeping transformations, and that true impartiality necessitates transcending theoretical, personal, and partisan prejudices. Furthermore, it advocates for persuasion as the preferred method to foster policy progress, rather than coercion or personal confrontation. Additionally, it highlights the stoic acceptance of institutional limitations as essential for gradual improvement. The article concludes by asserting that, from Smith’s viewpoint, morality holds a position of superiority over politics, both in terms of achievable outcomes and the proper allocation of our active duties.