Madrid, España
El rewilding (traducido en español, a veces, como renaturalizar, asilvestrar o resalvajar) es una estrategia de biología de la conservación que, a través del restablecimiento de las funcionalidades ecológicas, la biodiversidad y de las redes tróficas, busca regenerar ecosistemas naturales que han sufrido perturbaciones humanas significativas (1, 2).
Si bien en un inicio el rewilding se definió en Norteamérica a partir de la regla de las “tres C” (del inglés, cores, corridors, carnivores: núcleos o áreas protegidas, corredores ecológicos y grandes carnívoros) con el fin de propiciar efectos de cascadas tróficas (3), hoy existe una pluralidad de metodologías distintas, según la escala en la que se que, el lugar (ciudades, reservas naturales, islas, sistemas fluviales), el horizonte temporal de referencia (Antropoceno, Holoceno o Pleistoceno) y el tipo de actividad que se lleve a cabo en cada fase (reintroducción trófica mediante traslocaciones de especies, o acciones pasivas de minimizar perturbaciones humanas) (4, 5).
Aún con esta diversidad, toda estrategia de rewilding parte de un enfoque innovador que confía en que por sí solo el ecosistema y la naturaleza no humana son capaces de autorregularse, sin necesitar de nuestra intervención constante.