Miguel Castroviejo Bolívar, César Luena
La principal norma comunitaria —la que ha marcado más doctrina y avances importantes a nivel transnacional en materia de conservación y recuperación de la naturaleza— fue finalmente aprobada el pasado mes de agosto.A pesar de las múltiples dificultades para alcanzar acuerdos, la descarnada oposición de lobbies, asociaciones negacionistas, grupos de presión y del arco conservador del Parlamento Europeo, ha salido adelante la principal herramienta jurídica con la que ya cuentan los Estados miembros para abordar decididamente una tarea común, capital y prioritaria: la protección de la biodiversidad y de todos los ecosistemas sensibles con que cuenta Europa.He aquí el relato de un gran logro político de la Unión, y de un gran avance.