Barcelona, España
Este artículo examina la creación de Oriente Medio y su extensión a la región MENA (Middle East and North Africa) como un territorio clave para el suministro de petróleo en el capitalismo global. Se argumenta que el petróleo de Oriente Medio plantea un desafío a la hegemonía debido a su abundancia, calidad y bajo costo en comparación con el de Estados Unidos. El modelo energético capitalista busca mantener el poder hegemónico asegurando que los flujos y precios de las fuentes de energía favorezcan a las potencias hegemónicas.
El control de la abundancia petrolera de Oriente Medio se logró transformando su petróleo en un recurso "internacional" a través de compañías y mercados internacionales. Este proceso ha sido guiado históricamente por dos regímenes petroleros: el de las Siete Hermanas y el binomio OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) – AIE (Agencia Internacional de la Energía). El principio de “internacional” se originó en los Mandatos de la Sociedad de Naciones en la década de 1920, impulsado por un proyecto neoliberal y civilizatorio en la región.
El artículo también aborda cómo los cambios post-Segunda Guerra Mundial, como el aumento de la demanda de petróleo en Europa y Japón y la descolonización, cuestionaron el régimen petrolero existente. En los 70, la OAPEC (Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo, en sus siglas en inglés) y el Movimiento de Países no Alineados buscaron un desarrollo económico autónomo, desafiando la perspectiva neoliberal. Sin embargo, estas acciones reforzaron el papel de la OPEP como un organismo que apoya el mercado internacional de petróleo, obligando a los Estados miembros a abandonar sus intentos de desarrollo nacional en favor de las cuotas de la OPEP. Así, la OPEP se presenta como un contrapeso neoliberal frente al tercermundismo.
This article examines the creation of the Middle East and its extension to the MENA region as a key territory for global oil supply within capitalism. It argues that Middle Eastern oil poses a challenge to hegemony because of its abundance, quality and lower cost compared to US oil. The capitalist energy model seeks to maintain hegemonic power by ensuring that energy flows and prices favour the hegemonic powers.
Control over the Middle East's oil wealth has been achieved by transforming its oil into an "international" resource through international companies and markets. Historically, this process has been led by two oil regimes: the Seven Sisters and the OPEC-IEA duo. The "international" principle originated in the League of Nations mandates of the 1920s, driven by a neoliberal ideological and civilisational project in the region.
The article also discusses how changes after the Second World War, such as increased demand for oil in Europe and Japan and decolonisation, challenged the existing oil regime. In the 1970s, AOPEC and the Non-Aligned Movement sought autonomous economic development, challenging the neoliberal perspective. However, these actions reinforced OPEC's role as an organisation supporting the international oil market, forcing member states to abandon national development efforts in favour of OPEC quotas. In this way, OPEC is presented as a neoliberal counterweight to Third Worldism.