El principio de complementariedad preserva la soberanía y la primacía de la jurisdicción nacional, y garantiza la autodeterminación procesal de los Estados; su respeto reconoce el carácter cultural de los problemas penales, incluso de los más complejos, permitiendo a los distintos Estados encontrar los procedimientos más adecuados y con valor identitario. Las formas tradicionales de resolución de conflictos son una alternativa histórica. No obstante, deben alinearse con requisitos internacionales de protección de los derechos humanos por medio de procesos de hibridación jurídica; este estándar internacional de protección exige que los procedimientos garanticen la imparcialidad y la independencia.
The principle of complementarity preserves the sovereignty and primacy of national jurisdiction and guarantees the procedural self-determination of states; its respect recognises the cultural nature of even the most complex criminal problems, allowing individual states to find the most appropriate procedures with identity value. Traditional forms of conflict resolution are a historic alternative. However, these must be aligned with international human rights protection requirements through processes of legal hybridisation; this international standard of protection requires that procedures guarantee impartiality and independence.