Marisa Vázquez Mazzini
Las primeras formulaciones de cultura organizacional referían a la producción cultural específica de cada organización. Los estudiosos del tema le asignaban una función de amalgama que mantenía el tejido social y posibilitaba la emergencia de prácticas compartidas. En los últimos años, sin embargo, la noción parece perder sentido frente al ideario neoliberal que concibe a la acción colectiva como sumatoria de acciones individuales. El neoliberalismo interpela a las personas, en tanto que les plantea un ideal de sujeto integrado por imperativos sociales —ser empresario de sí, reinventarse constantemente o ser resiliente, entre otros— a los cuales quizás no pue-dan o no quieran amoldarse. Interpela, asimismo, a la gestión al considerar al nosotros organizacional como una simple identidad sui generis. El fortalecimiento de la cultura organizacional —necesaria para hacer frente a los entornos actuales— requiere hoy de un aprendizaje crítico que reoriente el foco hacia la acción colectiva.