Los problemas más importantes a los que se enfrenta la humanidad son de carácter global: el calentamiento del planeta, las amenazas a la paz mundial, el aumento de las desigualdades, la falta de agua potable, de alimentos básicos y de medicamentos esenciales, o las masas de emigrantes que huyen de la miseria y la degradación de sus países. Estas tragedias no son fenómenos naturales ni simples injusticias; al contrario, son violaciones masivas de los derechos fundamentales reconocidos en las distintas cartas constitucionales en vigor, tanto nacionales como supranacionales. La humanidad se encuentra hoy en una encrucijada histórica, seguramente la más dramática y decisiva: o sufrir y sucumbir a las múltiples catástrofes y emergencias globales, o hacerles frente, contrarrestándolas con la construcción de garantías constitucionales a escala planetaria, diseñadas por la razón jurídica y política. Sólo una Constitución de la Tierra que introduzca un dominio planetario para la protección de los bienes vitales de la naturaleza, prohíba todas las armas como bienes ilícitos, empezando por las armas nucleares, e introduzca un tesoro global e instituciones adecuadas para garantizar la defensa de los derechos de libertad y la aplicación de los derechos sociales, puede hacer realidad el universalismo de los derechos humanos. El proyecto de una Constitución de la Tierra no es una hipótesis utópica, sino la única respuesta racional y realista capaz de limitar los poderes salvajes de los Estados y de los mercados en beneficio de la habitabilidad del planeta y de la supervivencia de la humanidad
The most important problems facing humanity are of a global nature: global warming, threats to world peace, increasing inequalities, lack of drinking water, basic foodstuffs and essential medicines, or the masses of migrants fleeing the misery and degradation of their countries. These tragedies are neither natural phenomena nor simple injustices; on the contrary, they are massive violations of the fundamental rights recognised in the various constitutional charters in force, both national and supranational. Humanity today finds itself at a historic crossroads, surely the most dramatic and decisive: either to suffer and succumb to the multiple catastrophes and global emergencies, or to confront them, counteracting them with the construction of constitutional guarantees on a planetary scale, designed by legal and political reason. Only an Earth Constitution that introduces a planetary domain for the protection of the vital goods of nature, bans all weapons as illicit goods, starting with nuclear weapons, and introduces a global treasury and adequate institutions to guarantee the defence of freedom rights and the enforcement of social rights, can make the universalism of human rights a reality. The project of an Earth Constitution is not a utopian hypothesis, but the only rational and realistic response capable of limiting the savage powers of states and markets for the benefit of the habitability of the planet and the survival of humanity