El debate sobre la regulación de la inteligencia artificial (IA) enfrenta la necesidad de fomentar la innovación y mitigar los riesgos que esta tecnología presenta. En California, el veto al proyecto de ley SB-1047 evidencia un enfoque más flexible basado en la autorregulación, priorizando el crecimiento tecnológico, pero con riesgos inherentes debido a la falta de supervisión. Por otro lado, la Unión Europea adopta un modelo regulatorio estricto, evaluando los riesgos de la IA según su impacto en los derechos fundamentales, lo que proporciona mayor protección, pero puede frenar la innovación. El desafío global radica en equilibrar el desarrollo tecnológico con marcos legales que aseguren su evolución segura y responsable.
The debate on artificial intelligence (AI) regulation highlights the challenge of balancing innovation with mitigating the risks posed by this technology. In California, the veto of the SB-1047 bill reflects a more flexible approach focused on self-regulation, prioritizing technological growth but with inherent risks due to the lack of oversight. In contrast, the European Union adopts a stricter regulatory model, assessing AI risks based on their impact on fundamental rights, offering greater protection but potentially stifling innovation. The global challenge lies in finding a balance between technological development and legal frameworks that ensure safe and responsible evolution.