Jorge Luis Maiorano
La instauración del Defensor del Pueblo en América Latina ha sido difícil, probablemente a raíz de los grandes cambios que han experimentado las instituciones estatales. Pero, además, el arraigamiento de aquel Defensor presupone una serie de exigencias éticas que no se ad-vierten, con carácter preponderante, en las capas dirigentes de nuestras repúblicas.