La promulgación de la Ley 4/2024, de 8 de noviembre, relativa a los agentes forestales permite la solución de un importante número de problemas hasta ahora preexistentes, si bien han quedado algunos flecos sin resolver o con una solución que, con la normativa penal y procesal penal en la mano, no parecer la más adecuada. Es precisamente a esos aspectos a los que atiende el presente trabajo, con su correspondiente reflexión.