El artículo aborda con espíritu crítico los mecanismos que el Derecho urbanístico ofrece para la protección de las tierras agrícolas, en especial las urbanas y periurbanas. La interrelación de las dimensiones urbanísticas, ambientales y culturales se amalgaman a través de la planificación administrativa, y posiciona al plan como instrumento aglutinador capaz de integrar todas las dimensiones. El estudio teórico de las distintas técnicas, tanto a nivel estatal como autonómico y europeo, se complementa con el análisis del modelo escogido para el espacio de la huerta de València, donde el instrumento sectorial de ordenación territorial se erige en piedra de toque de toda la regulación, y muestra la capacidad del Derecho urbanístico para ofrecer una respuesta ambiciosa a las necesidades de las tierras agrícolas.