Las protestas agrícolas de 2024 impulsaron la necesidad de que las Administraciones competentes modificaran de forma anticipada la condicionalidad ambiental de la Política Agraria Común (PAC) mediante una nueva revisión, de tendencia simplificadora y flexibilizadora, de un complejo régimen jurídico-administrativo como es el que regula la política agraria europea en la actualidad. A pesar de su corta vida, cabe analizar los pros y contras de esta recentísima reforma a fin de extraer una serie de conclusiones anticipadas sobre el futuro que aguarda a la PAC tras la adopción del Reglamento de simplificación.
The farmers’ protests of 2024 prompted the need for the competent administrations to modify in advance the environmental conditionality of the Common Agricultural Policy (CAP) by means of a new revision simplifying and making a complex legal-administrative system such as the one that currently regulates European agricultural policy more flexible. Despite its short life, it is worth analyzing the pros and cons of this very recent reform in order to draw a series of early conclusions on the future that awaits the CAP after the adoption of the simplification Regulation.