La economía española mantiene un ritmo de crecimiento netamente superior a la media europea. El ciclo expansivo procede del favorable posicionamiento competitivo del sector exterior, particularmente de los servicios tanto turísticos como no turísticos, y de la aportación de la inmigración a la fuerza laboral. También se explica por el auge del gasto en consumo público, con incrementos difícilmente compatibles con las normas fiscales. Para 2024 se prevé un avance del PIB del 3 % y para el año que viene del 2,1 %, respectivamente cinco décimas más y tres décimas más que en la anterior previsión. Pese al tirón de la economía, el déficit público se situará todavía en el entorno del 3 % en 2025, medio punto por encima del objetivo oficial. Para cumplir dicho objetivo, sería necesario un ajuste cercano a 8.000 millones de euros, siendo este un esfuerzo que no pondría en peligro el crecimiento en el corto plazo, al tiempo que aportaría beneficios a medio plazo en términos de confianza y de margen de maniobra ante futuros shocks.