La desinformación y los bulos representan una amenaza seria para la democracia y la cohesión social en la Unión Europea. La regulación de los bulos en la Unión Europea a través de iniciativas como los Códigos de Prácticas sobre Desinformación, el Reglamento de Servicios Digitales y el Reglamento de Libertad de Medios de Comunicación reflejan un compromiso claro con la protección de la integridad democrática y la promoción de un entorno informativo saludable. No obstante, la lucha contra la desinformación requiere un esfuerzo conjunto de todos los actores involucrados: instituciones, plataformas digitales, medios de comunicación y ciudadanos, entendiendo que solo a través de la cooperación entre actores y el compromiso colectivo se podrá minimizar el impacto de los bulos y fortalecer la resiliencia democrática de la sociedad europea.