Marta Eugenia Sancho Herrera
La declaración de la víctima resulta, en ocasiones, la única o principal prueba de cargo existente y propuesta por la acusación para desvirtuar la presunción de inocencia en delitos que suelen cometerse sin presencia de testigos o que, por su propia naturaleza, no son susceptibles de acreditarse mediante prueba documental. Su valoración exige una serie de garantías toda vez que se pone en juego, ni más ni menos, que el derecho fundamental a la presunción de inocencia. En el presente trabajo se analiza el denominado «triple test» que como cautela debe tenerse en cuenta en estos supuestos.