En el presente trabajo analizamos cómo las denominadas TIC —Internet y redes sociales fundamentalmente— han supuesto la aparición de nuevas formas de delincuencia que puestas en relación de forma específica con la delincuencia juvenil han supuesto todo un desafío para los ordenamientos jurídico penales actuales. Abordamos la posición del menor como víctima y como victimario y de igual modo planteamos la necesidad de abordar desde una perspectiva integral la necesaria protección de los menores en los entornos digitales de la mano de una iniciativa legislativa tan novedosa como el Anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de las personas menores de edad en los entornos digitales.