Estados Unidos
Algunas de las preguntas más apremiantes acerca de la adicción tienenque ver con cómo debemos evaluar a los agentes que viven con ella. Para ello, unametodología fructífera implica extraer de nuestras mejores ciencias consecuenciasa nivel de la psicología moral. Teniendo en cuenta la epidemiología, las cienciasdel comportamiento, los estudios con animales y, principalmente, la neurociencia,defiendo una visión según la cual la adicción implica estados motivacionales disfun-cionales (que yo llamo “hybrid intentions”), así como distorsiones cognitivas. Esteargumento puede formularse sin necesidad de resolver el debate tradicional sobre sila adicción es una enfermedad
Though addiction is a complex empirical phenomenon, some of the most pressing questions about it concern how we should evaluate agents who are living with it. To that end, a fruitful methodology is to tease out from our best sciences consequences at the level of moral psychology. Taking account of epidemiology, behavioral science, animal studies and, chiefly, neuroscience, I argue for a view according to which addiction involves dysfunctional motivational states (which I call “hybrid intentions”) as well as cognitive distortions. This argument can be made without needing to settle the traditional debate about whether addiction is a disease.