Rodrigo Vergara
Este artículo ofrece una descripción y análisis de la política cambiaria en Chile desde 1984 hasta la fecha, con especial énfasis en los dilemas que han debido afrontar las autoridades en distintos momentos. En la primera parte del período analizado, señala el autor, la política cambiaria estuvo orientada a encarar la crisis de balanza de pagos que Chile sufrió a partir de 1992, de modo que hubo que dar espacio a fuertes devaluaciones reales de la moneda. En el segundo período, la situación internacional de Chile cambia: sus cuentas externas están en mucho mejor pie y, además, puede acceder nuevamente a los mercados internacionales de capital. El éxito económico y la estabilidad del país se traducen en un masivo ingreso de capitales que tiende a apreciar la moneda. En este nuevo período, observa Rodrigo Vergara, el énfasis de la política cambiaria ha estado en suavizar esa inevitable apreciación de la moneda.
Se señala, por consiguiente, que el esquema general de política cambiaria ha sido básicamente el mismo desde 1984, esto es: una paridad central y una banda de flotación. La paridad central se reajusta de acuerdo a la inflación pasada menos una estimación de inflación internacional, es decir, pretende mantener el tipo de cambio real constante. Sin embargo, se advierte que ha habido cambios dentro de este esquema general, tales como ampliaciones sucesivasde la banda de flotación, cambios en la vinculación de la paridad central del dólar a una canasta de monedas y otras.
A diferencia de otros países —sostiene Rodrigo Vergara—, durante estos diez años el tipo de cambio no ha sido utilizado en Chile como ancla nominal. El peso del control de la inflación ha estado en las políticas monetaria y fiscal. En la parte final del artículo, se discuten entonces éste y otros temas que han estado en el centro del debate sobre política cambiaria últimamente en el país.