Albert O. Hirschman
En este artículo se sostiene que la relación entre el progreso económico y político de ningún modo es fácil, directa y “funcional”. Los enfoques habituales postulan tres nexos posibles entre ambas variables: de concomitancia (ambas marchan de la mano), de exclusión mutua (la una ha de sacrificarse en pro de la otra) y de secuencia en el tiempo (primero se ha de alcanzar una y luego la otra). Hirschman plantea que el nexo entre ambos dominios, el económico y el político, es de carácter intermitente: “una conexión de acoplamientos y desacoplamientos, de alternancia entre la interdependencia y la autonomía”. Y especialmente cuando la relación causal inicial va del ámbito económico al político —se señala— la institucionalidad política puede adquirir después “vida propia”, como ocurrió en España tras la muerte de Franco y en Alemania durante el Tercer Reich.Por otro lado, advierte el autor, están las conexiones (entre lo político y lo económico) de los casos particulares: conexiones “intrincadas y a menudo irrepetibles [...] que parecen más bien ardides que la historia se guarda en la manga”. En consecuencia, sugiere Hirschman, quizás la mejor vía para avanzar en este difícil tópico radica en comenzar a examinar el repertorio de esas estratagemas.