La desobediencia civil es una de las formas de participación política más drásticas y significativas a las que puede acudir un movimiento social para hacer valer sus pretensiones de justicia en la arena pública. Sin embargo, las conceptualizaciones clásicas de la desobediencia civil, en tanto que consideran que el uso de la violencia es radicalmente incompatible con este modo de protesta, han limitado el alcance de este fenómeno exclusivamente al contexto de las democracias occidentales. Así, en este trabajo se pretende analizar la relación entre desobediencia civil y violencia, tratando de determinar en qué contextos y bajo qué circunstancias está justificado el recurso a la violencia por parte del desobediente, argumentando que su justificación depende del sentido de justicia de la mayoría y del tipo de violencia percibida como aceptable en una determinada sociedad. Asimismo, se discute el uso de la violencia por parte de la autoridad política, examinando el papel del castigo y la represión para determinar de qué modo la desobediencia civil, como forma de participación política, debe mostrar fidelidad a la ley.