Tras la anexión de Crimea por Rusia en 2014, la desinformación entra en la agenda política de la Unión Europea como una cuestión de seguridad relativa a la acción exterior. Partiendo de la teoría de la securitización, el presente trabajo analiza el establecimiento de la agenda de la Unión Europea respecto a la desinformación mediante el uso del método de rastreo de procesos. Trata de analizar el origen de un marco interpretativo de seguridad a partir del cual se aborda la desinformación a nivel institucional. Los resultados confirman que la anexión de Crimea ha tenido una influencia significativa en el establecimiento de dicho marco, persistente durante el periodo estudiado y reforzado por un proceso de securitización que eleva la desinformación al nivel de amenaza a través de prácticas discursivas. No obstante, una comprensión más amplia del fenómeno de la desinformación habría suscitado la evolución de las preocupaciones de la Unión.