Juan Bautista Vivero Serrano
La inexplicable disparidad de criterio entre las Salas de lo Social y de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo en torno a la duración de las suspensiones contractuales o los permisos retribuidos por nacimiento y cuidado de menor en las familias monoparentales constituye un ejemplo de activismo judicial por parte de la Sala de lo Contencioso-Administrativo, que tira con pólvora del Rey al ampliar la duración de 16 a 26 semanas pese a la reiterada negativa del legislador en ese sentido, avalada recientemente por el TJUE. Tendrá que poner orden el Tribunal Constitucional y mientras tanto el oficio de laboralista encuentra otro ejemplo más de su sobresaliente dificultad en estos tiempos. De hecho, se acaba de pronunciar el Tribunal Constitucional, que pone orden judicial, al tiempo que introduce desorden administrativo y quizá también legislativo.