Las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS) tienen un papel decisivo en la promoción de la igualdad de género y en la vigilancia del cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 5, conforme a la Agenda 2030.
Reconocidas por su independencia y rigurosidad, las EFS son esenciales para garantizar que las políticas públicas en materia de igualdad de género no solo sean efectivas, sino que también se alineen con los estándares internacionales y derechos humanos.
El presente artículo resalta la importancia de la transversalización de la perspectiva de género los ejercicios de control externo, destacando experiencias relevantes como la Auditoría Iberoamericana sobre Igualdad de Género y la Auditoría Coordinada sobre Violencia Basada en Género. Estas auditorías han identificado avances significativos, pero también desafíos persistentes, tales como la necesidad imperiosa de mejorar la coordinación interinstitucional, aumentar la inversión en programas con enfoque de género, y fortalecer los mecanismos de monitoreo y evaluación para asegurar la eficacia de las políticas implementadas.
Además, se enfatiza la adopción de un enfoque basado en derechos humanos en la labor fiscalizadora, garantizando que las políticas no solo aborden las desigualdades estructurales, sino que proactivamente promuevan la equidad y la inclusión.
Finalmente, el artículo subraya la importancia de compartir las lecciones aprendidas a nivel global, posicionando la igualdad de género como un pilar indispensable para las Entidades Fiscalizadoras Superiores y, así alcanzar sociedades mas igualitarias y sostenibles
Supreme Audit Institutions (SAIs) have a decisive role in promoting gender equality and in monitoring compliance with Sustainable Development Goal (SDG) 5, in accordance with the 2030 Agenda. These institutions, recognized for their independence and rigor, are essential to ensuring that public policies on gender equality are not only effective but also aligned with international standards and respect for human rights.
The article highlights the importance of integrating a gender perspective into audits, drawing attention to significant experiences such as the Ibero-American Gender Equality Audit and the Coordinated Audit on Gender-Based Violence. Despite progress, persistent challenges remain, including the need to improve coordination among institutions, increase investment in genderfocused programs, and strengthen monitoring and evaluation mechanisms to ensure that policies truly meet their objectives.
Furthermore, the article stresses the importance of adopting a human rightsbased approach in auditing, ensuring that policies not only address structural inequalities but also actively promote equity and inclusion.
Finally, the article highlights the importance of sharing good practices learned globally, positioning gender equality as an indispensable pillar in the work of a Supreme Audit Institution and, of course, to achieve sustainable societies