Valencia, España
Brasil
A nivel mundial, las poblaciones están cambiando a gran velocidad en términos de su composi-ción por grupos de edad. Si en 2019 el 9,54 % de la humanidad tenía sesenta y cinco años o más, la Organización de las Naciones Unidas prevé que, en 2050, alcance el 16,7 %. La mejora del bien-estar ha supuesto un revulsivo para alargar la vida de las personas, desembocando en sociedades cada vez más longevas. Sin embargo, el edadismo persiste en la sociedad en todos sus ámbitos, discriminando en contextos de crisis como la pandémica del COVID-19, según su probabilidad de vivir. ¿Cómo afronta la cooperación internacional al desarrollo esta nueva realidad demográfica, que también caracteriza a los países destinatarios de esta ayuda? En este artículo, se intenta responder a esta pregunta y a otras, a fin de que la cooperación internacional al desarrollo sea una herramienta eficiente en la construcción de una sociedad inclusiva, sin distinción por razones de edad.
World populations are changing rapidly in terms of their composition by age groups. If in 2019 9.54 % of humanity was sixty-five years old or older, the United Nations predicts that in 2050 it will be 16.7 %. Increased well-being has been instrumental in extending people’s lives, giving rise to longer-living societies. Nevertheless, ageism persists in all areas in society; older people suffer discrimination in contexts of crisis according to their probability of survival, such as during the COVID-19 pandemic. How does international development cooperation face this new demographic reality, which is a growing concern in countries already receiving aid? Throughout this paper, we attempt to answer this question, and others, to ensure that international development cooperation is effective in building an inclusive society.