Las políticas de "keynesianismo sofisticado" desarrolladas por el Gobierno a partir de 2018, con el sustento y acuerdo de los interlocutores sociales y particularmente de los sindicatos, ha permitido considerar el pleno empleo de calidad en nuestro país por primera vez como una utopía posible. A la vez que nos arroja luz sobre cómo encarar algunos de los retos estratégicos más importantes que tenemos como país.